sábado, 8 de junio de 2013

Germinar una judía

Este es un experimento que, probablemente, hayáis hecho en el cole. Si no es así, ya estáis tardando en ponerlo en práctica porque es alucinante y muy sencillo.

Consiste en conseguir que de una judía (de las que usan para hacer fabada, por ejemplo), brote una raíz y salgan hojas. Seguramente pensaras, "¡pero Anizeto, si esas judía están secas, que lo he visto yo cuando las compran mis padres en el Mercadona!" Pues sí, amigo detective, tienes razón. Están secas y, precisamente por eso, este experimento es tan sorprendente.

Lo único que necesitáis es una judía, un algodón, un bote de cristal y un poco de agua.

El primer paso consiste en humedecer el algodón con el agua (atención, no es necesario utilizar un litro de agua, con que el algodón esté un poco mojado es suficiente). Una vez hecho, colocad la judía encima y ligeramente cubierta con el algodón. Ahora, metedlo en el bote de cristal y esperad.

Aseguraos de que el algodón no se quede nunca seco del todo, y si lo hacéis bien, en unos días veréis cómo de lo que era una judía seca empieza a brotar una raíz verde magnífica. Luego, si queréis, podéis plantar la judía en una maceta y tendréis una planta de judías en vuestra propia casa.

Este experimento también se puede hacer con garbanzos, lentejas... o una cebolla, por ejemplo, si le pincháis unos palillos a los lados e introducís una de las partes en un vaso con agua.




miércoles, 8 de mayo de 2013

Haz que llueva dentro de casa

Seguro que más de una vez, al subir de la calle con los zapatos mojados, tus padres te han echado una buena bronca porque "lo pones todo perdido". No te preocupes, a todos nos ha pasado alguna vez. A mí, por ejemplo, me lo dice siempre Elena Latón cuando vuelvo de mis investigaciones y se me olvida limpiarme los pies en el felpudo de la puerta...

Bueno, pues por si esto fuera poco, hoy os voy a enseñar a hacer lluvia dentro de casa. Pero tranquilos, papas, que es un experimento controlado y no hay por qué manchar nada si tenemos cuidado.

Todo lo que necesitáis es un bol transparente (de los de ensalada); un recipiente más pequeño que quepa dentro del bol; un trozo de film de plástico (de ese de envolver los bocadillos); agua; sal; colorante (del que se hecha a la paella); y una piedra pequeña.

Pedidle a un mayor que ponga a hervir un poco de agua, y cuando esté bien caliente, decidle que la eche en el bol grande. Ahora, poned una cucharadita de colorante y otra de sal y removed hasta que todo el agua quede con un tono amarillento.

Ha llegado el momento de meter el recipiente pequeño dentro del grande. Mucho cuidado de no quemaros, eh... Ojo, porque no tiene que flotar, sino estar apoyado en el fondo. Ahora, tapad bien el bol con el film transparente, poniendo atención en que no quede ninguna abertura. Por último, colocad la piedra en el centro del film.

Ya sólo queda esperar un poco y ver como, por efecto de la condensación producida por el agua caliente, el vapor va generando gotas de agua en el plástico que, poco a poco, irán llenando el recipiente pequeño, Y lo mejor de todo es que el agua que quedará en este recipiente será agua limpia, sin gota del colorante. ¿Por qué? Pues porque antes de caer ahí se ha transformado en vapor y luego en agua de nuevo.

Increíble, ¿a que sí?


viernes, 5 de octubre de 2012

Construye tus propias gafas 3D

Ahora que parece que 3D en el cine ha llegado para quedarse (aunque, por si no lo sabíais, la primera películas en tres dimensiones se estrenó en Los Ángeles en 1922), os quiero enseñar a fabricaros vuestras propias gafas 3D. Ojo, porque con estas gafas no podréis ver ninguna peli, sólamente imágenes tridimensionales de esas que tienen colores azul y rojo.

Además, este experimento es muy sencillo. Sólo vais a necesitar:
- Una cartulina
- Tijeras
- Papel celofán azul y rojo
- Pegamento

Lo primero es que te descargues desde aquí la plantilla para hacer las gafas. Imprímela en la cartulina y, luego, recórtala con cuidado usando las tijeras. Si necesitas la ayuda de un adulto, es momento de pedirla.

Ya tienes las gafas recortadas, ahora, corta un cuadradito de papel celofán de cada color y pégalo en cada "ojo" de las gafas, como si fueran los cristales. Ten en cuenta que el azul es para el ojo derecho y el rojo para el izquierdo.

Finalmente, monta las patillas de las gafas usando el pegamento y... ¡ya tienes tus propias gafas 3D!

Para que puedas usar tu nuevo invento, aquí tienes unas cuantas imágenes tridimensionales.






miércoles, 12 de septiembre de 2012

Una moneda que salta sola

Lo que ocurre con la física y la ciencia en general, es que a uno se le quedan los ojos como huevos de paloma cuando descubre que, con cosas sencillas y cotidianas, se pueden conseguir resultados alucinantes.

Por ejemplo, en uno de mis casos tuve que simular que una moneda se movía sola para atrapar a un ladronzuelo fanfarrón que tenía mucho miedo de los fantasmas. ¿Y cómo lo conseguí, os preguntaréis? Pues muy fácil: recurriendo una vez más a la ciencia.

Antes de explicaros por qué se produce este efecto os voy a decir lo que necesitáis para hacer el experimento. 

- Una botella
- Una moneda
- Un congelador

Como veis, es muy fácil. Todo lo que tenéis que hacer es meter la botella en el congelador durante media hora aproximadamente, hasta que esté bien fría.

Sacad la botella y mojad la moneda con un poquito de agua. Ahora, colocad la moneda encima de la botella, en la boquilla por donde sale el líquido, y observad cómo empieza a dar pequeños saltos ella sola.

La explicación no tiene ningún misterio. Lo que ocurre es que, al estar congelada, el aire que tiene en su interior es muy frío. Colocando la moneda encima, lo que hacemos es impedir que entre o salga más aire. Cuando pasan unos segundos, si el ambiente de la habitación en la que estamos es más caliente que la botella, el aire que esta contiene empezará a subir de temperatura. Al hacerlo, aumenta también la presión, lo que provoca que la moneda de pequeños saltos.


lunes, 6 de agosto de 2012

Construye un submarino

¿Habéis montado alguna vez en un submarino? Yo sí, durante una investigación en la playa de Gandía y es... ¡chulísimo!

Hoy os voy a enseñar a construir uno en vuestra propia casa. Es muy sencillo. Sólo necesitaréis una botella de refresco vacía, una pajita y dos monedas

Lo primero es hacer un agujero en el tapón de la botella (si no podéis solos, pedid ayuda a un adulto) e introducir la pajita, tapando con pegamento o plastilina cualquier agujero por el que pudiera colarse el agua. 

Luego, tenéis que hacer 5 agujeros en uno de los lados de la botella. Una vez hechos, pegad las dos monedas con celo entre los agujeros pero sin taparlos.

Ya está listo el submarino. Ahora, en una bañera, piscina o recipiente grande con agua, meted la botella y esperad a que se hunda (el agua irá entrando por los agujeros hasta llenarla). El submarino ya se encuentra en el fondo, ahora, para que emerja a la superficie, soplad por la pajita y veréis cómo asciende rápidamente y se queda flotando en la superficie.

Esto se explica gracias al Principio de Pascal y al Principio de Arquímedes, que son los mismos que funcionan con los submarinos de verdad.




martes, 24 de julio de 2012

Infla un globo sin soplar

Si quieres ser el más molón de todos tus amigos, te voy a enseñar un truco con el que les vas a dejar a todos con la boca abierta. Lo aprendí resolviendo un caso, y me lo enseñó un mago que solía actuar los fines de semana en el parque de El Retiro de Madrid.

Consiste en inflar un globo sin soplar. Ni siquiera tendrás que llevártelo a la boca. Para hacer este experimento necesitarás un globo, por supuesto, una botella de cristal pequeña y un congelador.

Todo lo que tienes que hacer es meter la botella vacía en el congelador durante un par horas. Cuando la saques, coloca la boquilla del globo en la boca de la botella y rodea la botella con tus manos. Seguramente esté muy fría, pero aguanta un poco. A los pocos segundos verás que el globo comienza a llenarse de aire como por arte de magia.

Si esto no te funciona, también puedes colocar un cacharro con agua caliente en el que has de introducir la botella. Para esto pide siempre la ayuda de un adulto.





miércoles, 4 de julio de 2012

¿Tus ojos te engañan?

Menudo sorpresón me llevé el otro día. Resulta que estaba repasando un caso con Ruedas y me dijo:

- Anizeto, a que no sabes que tus ojos te engañan.
- Anda ya Ruedas -dije yo. Si fuera así, no podría resolver ningún caso.
- Pues sí. Nuestro campo de visión es limitado y cuando lo fuerzas, dejas de ver determinadas cosas -contestó Ruedas.
- ¡Madre mía! Eso es horrible. ¿Quieres decir que, por ejemplo, voy andando por la calle y me estoy perdiendo cosas porque "no caben" en mis ojos.
- Ja, ja, ja. ¡No, hombre! -contestó Ruedas. Lo que ocurre es que los ojos están formados por células que reaccionan a la luz y están unidos al cerebro (que en realidad es el que ve) por el nervio óptico. Este nervio carece de esas células y tiene un punto ciego. Al ver con los dos ojos, no percibimos ese punto ciego, ya que nuestro cerebro nos engaña formando la imagen completa de lo que estamos viendo.
- ¡Ay, ay, ay! Se me están poniendo los pelos de gallina. ¿Cómo es posible?
- Ya ves, Anizeto. Es que nuestro cerebro es mucho más complicado de lo que parece.

Y por si no me lo terminaba de creer, me puso este ejemplo práctico para que lo comprobara. Podéis pinchar en la imagen para que se haga más grande.


Lo que tenéis que hacer es cerrar el ojo izquierdo y mirar fijamente a la cruz con el derecho. Luego acercaos lentamente a la imagen hasta que llegue un momento en que ¡el círculo desaparece!